HOMENAJE A "LA CHAN" I

Creo que hoy voy a romper una lanza a favor de una gran persona, que vive un sus mundos y que, en ocasiones nos deja boquiabiertos con sus ideas, un tanto extravagantes, sobre lo humano y lo divino. Así que, sabiendo que me voy a meter en camisa de once varas, me lanzo al ruedo (me cago en los putos torturadores de animales, por cierto).

A veces criticamos actitudes que no son tan extrañas como pueda parecernos o que sí lo son. Es más, incluso nos rasgamos las vestiduras por cosas que ni siquiera nos afectan. ¿Por qué lo hacemos? ¿Acaso nos sentimos solos en el corral? ¿No estamos suficientemente acompañados por millones de borregos?

Supongamos, por ejemplo, que compramos un libro y lo primero que hacemos es leer el final. A mí me choca y bastante, pero voy a hacer de abogado del diablo. Entre otras cosas alteras la obra del autor (chisss, que no se entere la SGAE y nos meta un puro por el ojete) y disminuyes el interés del libro al eliminar el misterio de la conclusión. ¿Y qué? ¿Acaso es problema de los demás cómo leo yo ese libro? ¿Si yo hago eso, afecta a la lectura del resto del mundo? ¿Por qué me han de atacar y debo defender mi postura, por más ilógica que pueda parecer? Mis motivos tendré, digo yo. ¿Acaso molesto a alguien? Más joden los que cogen las rotondas como si fueran una recta a toda leche y se creen que lo hacen bien.

Y que conste que yo leo los libros de forma secuencial desde la portada, tal y como el autor ha decidido que sea su obra. Pero no me importa que los demás lo hagan de otra forma: VIVE Y DEJA VIVIR.

Y para concluir, ahí dejo una perla demagógica: cuando te vas a comer un plátano, ¿te lo comes sin pelar? Joder, pero si ya sabes lo que hay dentro, ¿por qué no lo haces?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nevenka

Del Reiki a Son Goku