La chica de ayer no nos envidiaría

Permitidme que mezcle aquí, uno poco de ficción con una realidad increíble: la serie de Antena3 TV, junto con el denominado servicio universal de telecomunicaciones.

Según la CARTA DE DERECHOS DEL USUARIO DE LOS SERVICIOS DE COMUNICACIONES ELECTRÓNICAS, el usuario tiene derecho a obtener una conexión a la red telefónica pública desde una ubicación fija, que posibilite el acceso funcional a Internet, y acceder a la prestación del servicio telefónico, así como al resto de prestaciones incluidas en el servicio universal, con independencia de su localización geográfica, a un precio asequible y con una calidad determinada.

Parece el paraíso, ¿verdad? El truco consiste en lo que se entiende por acceso funcional a Internet… Pues en disponer de una velocidad mínima de 56kbps, que es la que se obtiene con un módem a través de la línea telefónica.

Intentad abrir esta página www.telefonica.es con una línea con ese acceso funcional. Es un ejercicio de autocontrol digno de un fakir hindú. Pongo la de Telefónica porque ha sido nuestro mayor operador histórico. Podéis usar la de cualquier operador o la del Marca, mismo.

Si retrocediéramos en el tiempo, digamos a 1977 como Samuel Santos en “La chica de ayer”, no encontraríamos tanta diferencia de velocidad como la que existe hoy en día, entre una conexión de banda ancha de andar por casa (1mbps/256kbps), y la del estándar v90 de 1999 (56kbps/33.6kbps). En 1977 eran 300bps y, por supuesto, la saturación de líneas era casi inexistente.

¿A qué viene todo este rollo? Pues a que nos están tomando por tontos y ningún gobierno en los últimos 10 años ha hecho nada por remediarlo.
Como aún no habréis podido entrar en www.telefonica.es con el módem de 56kbps, os comento lo que hay en su página principal: ofertas de banda ancha. No existe ninguna ofreciendo conexiones “funcionales”. Tampoco las veréis en el resto de operadoras competidoras de Telefónica. Y, por supuesto, a unos precios “razonables”… No te jode, encima de cornudos, ponemos la cama y cambiamos la sábana. Resulta evidente que la conexión “funcional” no lo es y está más que obsoleta, ya que en caso, contrario seguiríamos recibiendo ofertas de las compañías, máxime cuando en España estamos a años luz de los avances en banda ancha del resto de países del “Primer Mundo” (no es que me guste mucho esa denominación, ¿eh?).

Resulta evidente que la tecnología y nuestras necesidades avanzan a un ritmo más alto del que lo hace la Legislación. No obstante, las compañías de telecomunicaciones sí que consiguen mejorar sus ingresos aprovechándose de ese desajuste y, generalmente, a costa del consumidor que, en este país llamado España, está indefenso ante los abusos de estas compañías.

Por cierto, ¿algún partido político se ha mojado en este tema durante la última campaña electoral para resolver el problema? Pues eso, que me parece a mí que hay mucho “egipcio” por estos andurriales.

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